Mediante el uso del termómetro de infrarrojos, podremos detectar la temperatura cutánea en diferentes áreas del pie para identificar la existencia de signos inflamatorios.
Diferentes estudios avalan la eficacia del termómetro láser de infrarrojos como un método preventivo.
El termómetro puede ser utilizado por el propio paciente como un elemento más de autoexploración, aunque en ocasiones, los signos clínicos de inflamación suelen ser demasiado sutiles para ser detectados con facilidad.
También la termometría cutánea es útil para interpretar las diferentes fases del pie de Charcot y decidir el tratamiento ortopodológico más adecuado en cada fase.
Antes de proceder a la medición de la temperatura dérmica en los pies, el paciente deberá estar sin zapatos ni medias o calcetines un mínimo de cinco minutos, para evitar el exceso de temperatura por causa del calzado o calcetines. La temperatura se debe medir en el primer dedo, cabezas metatarsianas, arco y talón.
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